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Por tercer año consecutivo la  Federación de Deportes de Montaña de Castilla-La Mancha ha elegido como campeonato de clubes en línea y como  Prueba de su Copa 2023 al municipio albaceteño de Paterna del Madera.

Este bello pueblo situado a caballo entre la Sierra del Segura y la Sierra de Alcaraz se ha convertido por derecho propio en un centro de importancia nacional para el disfrute del senderismo y de los deportes de montaña. Y ello no es sólo por su magnífico entorno de pinares, encinares, valles, cimas, ríos, arroyos,…. sino también por la Red de Senderos Verdenace, una magnífica red de senderos de 265 km. homologados por la Federación de Deportes de Montaña de Castilla-La Mancha, perfectamente balizados y señalizados de conformidad con las normas internacionales de senderismo.

Dispóngase pues el participante en este maratón a disfrutar de las cumbres, los valles, las aldeas y maravillosos parajes de esta sierra a través de los caminos y sendas de esta red de Senderos Verdenace, abandonándolos de vez en cuando para enlazarlos a través de las crestas, recorriendo las cuerdas fuera de sendas.

 

Se inicia el recorrido en el Centro Deportivo “Adolfo Suárez”, instalaciones conocidas por los paisanos como “las piscinas”. Se comienza buscando el río de los Viñazos y seguidamente comenzar un ascenso hasta la cruceta, ahora que ya hemos calentado, descendemos por un antiguo camino en el que encontramos el núcleo de la Solana del Puerto, para llegar al Batán del Puerto. En esta aldea nace el río Madera (del que toma el nombre Paterna) fruto de la unión de los ríos de Las Hoyas y Endrinales. Ambos ríos nacen en la falda de las Almenares y después de haber seguido diferentes direcciones vienen a unirse en este punto. Este paraje toma el nombre del batán (máquina movida por la fuerza del agua utilizada para suavizar y compactar la lana) situado en este núcleo diseminado de población, que cuenta con la Solana, la Umbría y el Batán, todos ellos del Puerto.

Desde allí comienza un nuevo ascenso por una deliciosa senda que transcurre por el barranco del arroyo de La Peñuela. Bajo el cortijo deshabitado de Perines, iniciaremos una nueva subida buscando los altos del Encebrico y su impresionante cresteo con sus imponentes paredes de roca. Tras el mismo, buscamos en la bajada al Encebrico , hermosa atalaya desde la que salvamos la cuerda por una suave pendiente, para descender a la carretera AB-415 (Alcaraz – Riópar). Cruzamos la carretera y el río Endrinales, que transcurren paralelos, por el paraje conocido por El Toril en el que observamos los restos de una tinada que aprovechaba una gran roca para proteger el otrora abundante ganado.

Comienza un nuevo ascenso por una preciosa senda hasta la Peguera (paraje en el que se quemaba la resina para extraer la pez con la que se impermeabilizaba las cubas de vino y se marcaba a las ovejas, entre otras cosas). Seguimos una pista forestal hacia la izquierda, que abandonaremos en breve por una senda que asciende por la derecha hacia el Collado del Judío, altiplanicie en la que se encuentra el majestuoso árbol que se conoce como Pino Gordo del Toril. Se recorre la cuerda de los Gallineros, desde el Alto del Gallinero, situado a 1.630 m. de altitud , hasta el Monte del Gallinero. Desde esta cuerda podremos disfrutar de unas amplias vistas de esta fabulosa sierra, con el valle de Riópar abajo a la izquierda.

Abandonamos la cuerda hacia el Cortijo del Manojal, situado en una atractiva llanura. Seguimos descendiendo la cuesta de las Carboneras para cruzar de nuevo el río Endrinales y la carretera AB-415 (Alcaraz – Riópar). Comienza el ascenso hacia el cortijo de las Espineras del León y el Toril de la Lagunilla, para llegar a la Lagunilla, en donde se ubica uno de los refugios de la Red de Senderos Verdenace. Es un buen momento de hacer balance de nuestras fuerzas, pues hemos atravesado el ecuador de nuestra aventura, y sobre nuestras piernas pesan ya los casi 25 kilómetros recorridos.

Atemperado el pulso en este calmado paraje, retomamos el ascenso, en este caso hacia los Altos del Pedregal, desde el que recorremos Cuerda Larga, con dos casetas de vigilancia, en la que disfrutamos lo que nos ofrecen sus más de 1.700 m. de altitud. Descendemos brevemente para iniciar el ascenso hacia el techo de nuestro recorrido, a los casi 1.800 metros en los que se sitúa el Almenara. Seguimos la cuerda algo más de un kilómetro, para descender al Prao Redondo, en el que llegamos a una pista forestal junto al río de las Hoyas. Abandonamos por la derecha la pista para subir bruscamente por el Barranco del Ciervo, hacía el mirador de la Cocota desde el que tenemos unas asombrosas vistas de la Cuerda de las Almenaras. Seguimos hacia otro magnífico ejemplar botánico, el Tejo Viejo que, según dicen cuenta ya más de mil años.

La senda del Tejo Viejo llega a una pista forestal que suavemente nos lleva de nuevo a la Lagunilla. Desde allí comienza el ascenso hacia el Calar de la Osera, que atravesamos durante unos dos kilómetros. El descenso nos lleva a un nevo cresteo para llegar al comienzo de un brusco descenso por la Cuesta de la Cebera, hacia el prado del Masegosillo. Cruzamos de nuevo el río de Las Hoyas para subir hacia la Piedra de la Tejera y el Pico de la Cabeza. A nuestra izquierda vamos viendo ya el valle del río Viñazos, donde se sitúa nuestra meta, Paterna del Madera, que podremos observar si nos detenemos en el mirador de La Chaparra.

Al llegar a la Cruceta, cruzamos una pista y abandonamos la Sierra de la Veracruz, para descender hacia el río Viñazos y subir hacia Paterna del Madera, donde entramos por el Castillo para seguir por la calle de la Iglesia hacia nuestra meta, situada cerca de la salida, junto al Centro Deportivo.

Llegaremos cansados, si, pero muy satisfechos y felices de hacer disfrutado de esta maravillosa sierra, sus cuerdas, sus valles, sus ríos, sus cortijos y aldeas,… Ya podremos decir que conocemos íntimamente el entorno de Paterna del Madera.